Liegt eine Stadt im Tale,
Ein blasser Tag vergeht.
Es wird nicht lange dauern mehr,
Bis weder Mond noch Sterne
Nur Nacht am Himmel steht.
Von allen Bergen drücken
Nebel auf die Stadt,
Es dringt kein Dach, nicht Hof noch Haus,
Kein Laut aus ihrem Rauch heraus,
Kaum Türme noch und Brücken.
Und als dem Wandrer graute,
Da ging ein Lichtlein auf im Grund
Und durch den Rauch und Nebel
Begann ein leiser Lobgesang
Aus Kindermund.
|
Hay una ciudad en el valle,
que se apaga en este día pálido;
ya no puede tardar mucho,
cuando la luna y las estrellas dejen el cielo,
y quede sólo la noche.
Desde las montañas la niebla
se desborda sobre la ciudad.
No sobresale un tejado, un patio, una casa,
apenas torres y puentes,
ningún ruido emerge de sus chimeneas.
Cuando el caminante se estremecía,
a través del humo y la niebla,
vio una lucecita al fondo,
y entonces, unas voces infantiles,
entonaron un dulce canto de alabanza.
Escaneado por:
Simón Nevado 2001
|